Me gusta tu sonrisa, la manera tan sencilla en la que dices las cosas, la forma en que te ríes de mi, tu sonrisa, tus ojos llenos de sueños, tus ganas de ser mejor.
Bueno, también eres hermosa, muy hermosa en realidad, fue lo primero que vi en ti y lo primero que olvido cuando hablo contigo.
No te envío mensajes, ni intento llamar tu atención porque sé que estas mejor sin mi, por algo te alejaste, y por eso me aleje.
El simple hecho que no demuestre que me muero por estar contigo, no minimiza todo lo que siento por ti.
No entiendo por qué planeamos tantas cosas juntos.
No entiendo como pudiste decirme tantas cosas lindas, si no planeabas quedarte.
No entiendo como tus sentimientos pueden cambiar tan rápidamente.
No entiendo por que no puedes luchar por y con alguien que te ama de verdad.
No entiendo como se te hace tan fácil matar a una persona.
No entiendo como perdemos tan fácilmente la oportunidad de ser felices.
No entiendo.
Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte, de
beberte, de pensarte. Es posible. Siguiendo las prescripciones de la moral en
turno. Me receto tiempo, abstinencia, soledad. ¿Quererme? Sí, ella lo hacía, sé
que ella me quería, es más dijo que me amaba... pero en este momento
de mi vida necesitaba quizá algo más, más que amor, más
que oír esa palabra, pero quizá somos muy
cobardes para amar. Ojalá que esta decisión tan dura sea beneficiosa
para ambos en el futuro o sino por lo menos para ti.